A partir del 1 de junio, todos los propietarios que quieran vender o alquilar sus inmuebles deberán poseer un certificado energético si no quieren ser sancionados. Los expertos aconsejan a los propietarios empezar ya con el procedimiento para obtener el certificado energético, ya que el proceso no es todo lo rápido que uno desearía. Además, se prevee que el número de inmuebles sujetos a esta obligación supere el millón.

Por una parte, se estima que el precio de la certificación ronde los 250€ para una vivienda tipo de 90m². Aunque hay que tener en cuenta que se producirá una depreciación del valor de la vivienda cuando el inmueble presente aislamientos deficientes y equipos de climatización antiguos. Juan Ramos, de certifacil.es, cree que hasta un 85% de las viviendas se situará entre la letra E y G. ITEGU les recuerda que la etiqueta energética asigna una letra en la escala que va de la A (la vivienda más eficiente) a la G (la vivienda menos eficiente). El hecho de obtener una mala calificación no implica reformas en el hogar, pero en cambio sí que puede devaluar el valor de la vivienda, ya que es obligatorio entregar al comprador o arrendador dicha etiqueta durante el proceso de compra o alquiler.

Por otra parte, la normativa aprobada en el Consejo de Ministros a principios de abril establece sanciones específicas para los propietarios que no cumplan con la eficiencia energética.

Además, la Comunidades Autónomas tendrán que disponer de un registro público de certificados hábil desde el 1 de junio del presente año para facilitar al Ministerio de Industria una estadística cada seis meses con los registros y las inspecciones realizadas con sus correspondientes resultados.

Por último, ITEGU les recuerda que sólo arquitectos e ingenieros, tanto técnicos como superiores, son los profesionales acreditados para realizar las certificaciones energéticas.